Periódico Alma Máter

Haití, Ecuador y Venezuela son los principales países de origen de quienes cruzaron de manera irregular hacia Panamá desde Colombia entre enero y febrero de 2023.—«Tendencias migratorias en las Américas», informe de la Onu Migración de 2023—.  Fotografía: Cortesía Jose Guarnizo

A pocos metros del muelle de Necoclí, en una pequeña porción de playa donde convergen la arena y la carretera del pueblo, se encuentra una rudimentaria estructura de madera y plástico que hace las veces de techo de una improvisada «casa» en la que, desde el 21 de abril de 2023, se resguardan del sol y la lluvia, Yairet Coa junto a su esposo, Daniel Estrada, y sus cuatro hijos.

Una familia venezolana que, por dificultades económicas, pocas alternativas de escolarización para los más pequeños y situaciones de discriminación, abandonó la vida construida en Perú durante tres años para emprender el camino hacia Colombia, con la meta de atravesar el Tapón del Darién y llegar a Estados Unidos en busca de un mejor futuro y mayores oportunidades.

Necoclí, en Antioquia, es el paso obligado para todos los migrantes antes de adentrarse en los 5000 kilómetros cuadrados de selva que conectan a Colombia con Panamá: último destino en el que las personas pueden obtener atención médica primaria e intentar estar en las mejores condiciones posibles para enfrentar el viaje que les aguarda. Es justamente en este territorio que la Universidad de Antioquia interviene y aporta su granito de arena a esta causa humanitaria.

Entre enero y febrero de 2023, el LivingLab Telesalud, también conocido como el Hospital Digital de la Universidad de Antioquia, junto a la Organización Mundial para las Migraciones —OIM—, iniciaron un programa piloto para incluir la telesalud como alternativa que facilita el acceso a la salud a mil refugiados y migrantes en Urabá y Chocó; una manera de reforzar la atención médica que brindan otras entidades como la Cruz Roja en estos territorios.

La plataforma digital del LivingLab hace posible que médicos generales y especialistas de la UdeA superen las barreras geográficas y acompañen de manera remota al personal médico del territorio en los casos que se requiera. El aporte más significativo de este piloto se ve reflejado en las mujeres embarazadas y en quienes ven afectada su salud mental. «Identificamos que en el territorio había muy poca asistencia en salud mental y en acompañamiento a mujeres embarazadas, así que nosotros llegamos a fortalecer esos procesos mediante los programas de seguimiento a gestantes y atención mental con los que contamos en el Hospital Digital», expresó Tatiana Chavarría, coordinadora administrativa del LivingLab.

«Fue fuerte tomar la decisión porque esto no es fácil. Yo no quería venir y enfrentar los peligros del Darién, pero “el que no arriesga ni gana ni pierde”, así que me vine por ellos —sus hijos—, por su futuro», comentó Yairet Coa, una mujer morena de 37 años, quien durante todo su relato procuró mantener una sonrisa en el rostro como muestra de optimismo ante la situación y al mismo tiempo como un intento por ocultar los temores y las preocupaciones que, según ella, la acompañan desde el día que inició la travesía.

«Un sueño» que pone en riesgo la salud de cientos

Según el informe «Caracterización de movimientos mixtos hacia Centro y Norteamérica», publicado en febrero de este año por el Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos —GIFMM—, la falta de empleo y recursos son las principales motivaciones de viaje de la población migrante que con gran frecuencia transita por el territorio colombiano y expone su salud física y mental a situaciones adversas, con tal de cumplir con el objetivo de cruzar la densa jungla del Darién y encontrar una «mejor vida». 

Entre enero y febrero de 2023 se registró la entrada irregular a Panamá, por la frontera con Colombia, de 39 608 adultos y 9 683 menores de edad. Un incremento del 478 % respecto al mismo período en el 2022 —«Tendencias migratorias en las Américas», informe de la Onu Migración de 2023—. 

Yairet, Daniel y sus cuatro hijos —una niña de 8 años y los varones de 10, 14 y 16— tardaron seis meses en recorrer los 1968 kilómetros que separan a Perú de Necoclí. Ellos ejemplifican la realidad de las decenas de migrantes que a diario se ven en las playas del municipio antioqueño a la espera de tener las mínimas condiciones aceptables para continuar su viaje. «El camino hasta aquí fue difícil porque nos vinimos “muliando”, como caminantes. Andábamos por horas algunos kilómetros y parábamos a descansar. De vez en cuando se detenía un tráiler y nos transportaba», relató Yairet Coa. 

Las extenuantes caminatas, sumadas a la necesidad de dormir a la intemperie, expuestos a las cambiantes condiciones climáticas, y la obligación de pedir dinero y alimentos para subsistir, afectaron notablemente la salud de esta familia migrante. «Los niños se han enfermado por la lluvia, han tenido tos y les ha dado fiebre. Además, se nos han hinchado los pies de tanto caminar y a mi esposo se le complicó la hernia umbilical. Ya está de operación de urgencia», explicó Yairet.

«A veces las coyunturas me duelen, pero sigo siempre pa’ lante», irrumpió Joswell Alejandro, un joven de 14 años que apareció inesperadamente, se sentó junto a su madre y se unió a la conversación. «Esto lo estamos haciendo por un mejor futuro. Cuando sea grande, quiero ayudar a mi mamá, a mi familia y a otras personas para que no tengan que pasar por esto que estamos pasando nosotros», agregó Joswell, el segundo hijo de Daniel y Yairet y único de los cuatro menores que, tras revisiones médicas, registró bajo peso y fue diagnosticado con anemia. 

«De acuerdo con el derecho internacional, los Estados deben garantizar a todos los migrantes, incluidos aquellos que se encuentran en situación de irregularidad, no solo la atención de urgencias con perspectiva de derechos humanos, sino la atención en salud preventiva con un enérgico enfoque de salud pública» —Sentencia T-210 de 2018, emitida por la Corte Constitucional de Colombia—. 

Los venezolanos Yairet Coa y Joswell Alejandro, madre e hijo, en Necoclí, Antioquia, en su travesía hacia Estados Unidos. Según el Informe de Tendencias Migratorias En las Américas (2023), el 60 % de los migrantes que cruzaron el Darién en 2022 son de ese país. Fotografía: Dirección de Comunicaciones.

La UdeA acerca los servicios de salud a la población vulnerable

Juan Fernando Mesa, coordinador médico del Hospital Digital de la UdeA, indicó que «las afecciones respiratorias y del tracto gastrointestinal son algunos de los problemas de salud que se presentan con frecuencia en la población migrante», hallazgo identificado tras visitar el territorio para conocer el contexto y la operación de las entidades de salud aliadas al proyecto. Instituciones que sirven como puente para que los médicos generales de la región se comuniquen, con los médicos y especialistas de la Facultad de Medicina de la UdeA.    

«La telesalud no es un reemplazo de la atención presencial, es una herramienta que facilita la prestación del servicio gracias a la agilidad que brinda la tecnología», puntualizó Mesa. 

Psiquiatría y psicología hacen parte del grupo de especialidades sobre las que se brinda atención médica bajo la modalidad de telemedicina, pues tratar las afecciones de salud mental que se gestan en la población migrante a partir de sus vivencias, contribuye a aminorar la carga que abruma a quienes, como Yairet, las padecen.  

«He llorado mucho porque me agarran sentimientos encontrados de temor, de rabia, de estar segura o no de lo que estamos haciendo... Por dentro me estoy muriendo, pero por fuera tengo que estar sonriente para seguir adelante. Esto es una lucha diaria», expresó Yairet, con algo de resignación en la voz, tras concluir su relato.