De un tal Alonso Quijano y otras locuras
De un tal Alonso Quijano y otras locuras
«... A propósito de la enfermedad mental, en estos días, celebramos el día de la prevención del suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud, 800.000 personas terminan con su vida cada año. Debemos hacer cambios en nuestro estilo de vida y prevenir no solo el suicidio sino también la enfermedad mental en estos tiempos de pandemia y masacres...»
Hace unos pocos meses en la Universidad Nacional de Colombia se estrenó la película “Un tal Alonso Quijano” que recrea de magistral forma la obra cumbre de la literatura universal de Miguel de Cervantes Saavedra.
En ella participa un grupo de estudiantes junto a reconocidos actores nacionales como Álvaro Rodríguez (Sancho Panza), Consuelo Luzardo, Humberto Donado, Brenda Quiñonez y en el papel del Ingenioso Hidalgo, Manuel José Sierra, un director de teatro, quien curiosamente sufre de Enfermedad de Parkinson y fallece durante la grabación como consecuencia de una caída.
Es una producción maravillosa que logra combinar la esencia de la novela con la infraestructura de una ciudad moderna como Bogotá, su transmilenio, las instalaciones de la institución de educación superior, sus aulas de clase, la energía de la juventud y la veteranía de los actores invitados. El punk pasa a ser parte del Quijote. La película termina con la canción Dulcinea, interpretada por la banda.
Según palabras de su directora, Libia Stella Gómez, es una mezcla de universos, de estéticas, de géneros. Un espacio para las víctimas de las que nadie habla y sus familias; en el guion se incluye el sicariato de hace unas décadas y su relación con el atentado del avión de Avianca.
Un tal Alonso Quijano nos da la oportunidad de volver a pensar en la obra del Manco de Lepanto y en todas las enseñanzas que encierra. La mayor locura es ver la vida como es y no como debería ser insistía Cervantes mientras el Quijote decía a su amigo Sancho que “cambiar el mundo no es locura ni utopía sino justicia”
De otro lado, la tradición de estudios clínicos sobre el personaje literario de Don Quijote es larga. Los médicos están convencidos de que el inmortal personaje sufría una enfermedad psiquiátrica, pero discrepan sobre el diagnóstico, han sido muchos los que ha tenido en estos 414 años.
Razón tendrá Allen Frances quien fuera colaborador en varias oportunidades del Manual Diagnóstico y Estadístico de enfermedades mentales (DSM) cuando se pregunta: ¿Somos todos enfermos mentales? Se crearon tantas enfermedades que el resultado ha sido psiquiatrizar la vida cotidiana en tanto toda conducta puede ser definida como un trastorno.
Por obesidad, fumar tabaco, ser tímido, por crisis existenciales, angustias vitales, conflictos en las relaciones familiares y de pareja; situaciones límite, dilemas morales, el estrés de la vida cotidiana somos medicados con mucha frecuencia y lo peor, gran parte del incremento de casos de Trastorno de la Atención e Hiperactividad (TDAH) es el resultado de falsos positivos en niños a los que les iría mucho mejor sin ser diagnosticados.
Con toda razón en la segunda mitad del siglo XX apareció un movimiento conocido como la antipsiquiatría que abogaba por que se acabaran prácticas como el encierro en los manicomios, las lobotomías, el tratamiento con electrochoques, el aislamiento, el castigo y en general el maltrato a los enfermos mentales.
La mayoría de los líderes de este movimiento fueron psiquiatras y dejaron su legado reflejado en libros como “La condena de ser pobre y loco: El manicomio” de Franco Basaglia; de Thomas Szasz el mito de la enfermedad mental; de David Cooper, Psiquiatría y antipsiquiatría. Szasz afirmaba que la locura es la única reacción sana para una sociedad enferma.
Del libro sobre la locura de Luis Espíndola he rescatado frases célebres de algunos genios de la humanidad: Ninguna gran mente ha existido jamás, sin un toque de locura se le atribuye a Aristóteles; No cualquiera se vuelve loco, esas cosas hay que merecerlas de Julio Cortázar.
Además, me gustaron mucho de Edgar Allan Poe Me volví loco, con largos intervalos de cordura horribles; Quizás este mundo sea el infierno de otro planeta de Aldous Huxley y es genial la de Albert Einstein “Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco o los locos son los demás”
A propósito de la enfermedad mental, en estos días, celebramos el día de la prevención del suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud, 800.000 personas terminan con su vida cada año. Debemos hacer cambios en nuestro estilo de vida y prevenir no solo el suicidio sino también la enfermedad mental en estos tiempos de pandemia y masacres.
Y en homenaje a Facundo Cabral quien murió tristemente asesinado quiero repetir una de sus magníficas frases: Estoy feliz de estar loco y de no pertenecer al medio de los cuerdos: qué estafan desde los bancos, que mienten desde los templos y que matan en nombre de la patria.
Nota