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Desde la UdeA ahora se puede observar el cielo austral

03/11/2021
Por: Natalia Piedrahita Tamayo- Periodista

Investigadores y estudiantes de las áreas de astronomía y física de la Universidad de Antioquia pueden utilizar remotamente el telescopio de un metro del Observatorio La Silla, ubicado en la región chilena de Antofagasta. Recientemente Natalia Alvarez, estudiante de astronomía, fue la primera en hacer uso de este dispositivo, que les permite desarrollar investigaciones de alto nivel sin tener que desplazarse hasta Chile.


Telescopio Schmidt de 1 metro del Observatorio Europeo Austral —ESO—. Fotografía: Archivo ESO

Chile posee unas de las mejores condiciones en el mundo para hacer investigación en Astronomía. De acuerdo con Esteban Silva Villa, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales —FCEN—, «geográficamente hablando es un lugar óptimo para ello. La humedad es baja y al estar a gran altura —entre los 2.500 y los 3.500 metros de altitud— la formación de nubes se da por debajo de su área. Necesitamos que no haya nubes y que no llueva, y en el Desierto de Atacama se dan ambas condiciones».

Por ello, durante 40 noches al año, profesores, estudiantes e investigadores de la Universidad de Antioquia en las áreas de física y astronomía pueden hacer uso del telescopio Schmidt de un metro de diámetro que se encuentra en el Observatorio La Silla, en Chile, y que permite obtener imágenes de amplio campo del cielo austral. Esta posibilidad se da gracias a Tucan-1 —Telescopio Universidad Católica- Universidad de Antioquia 1 metro— un convenio de colaboración entre la Alma Máter y los institutos de astronomía de la Universidad Católica del Norte de Chile, que a su vez trabaja articuladamente con la Agencia Espacial Europea —ESO— para la administración y el uso del observatorio.

El docente explicó que el telescopio de un metro —uno de los 18 con los que cuenta La Silla—, tiene un espectrógrafo de muy alta resolución. «Nuestra Alma Mater instalará próximamente una cámara CCD especial para fotografía que podrá ser utilizada en investigación por todos los países —dijo Silva—. El convenio Tucan-1 se había pactado en 2018, pero por las restricciones derivadas de la pandemia por la covid-19 y el confinamiento, tuvo que postergarse. Ahora, al levantarse las restricciones en Chile, salió la oportunidad de hacer las observaciones».

En total, la UdeA dispone de 320 horas al año, 40 noches, que se priorizarán para estudiantes del pregrado de Astronomía y los posgrados del Instituto de Física, así como para profesores e investigadores colombianos que quieran entablar una colaboración con la Universidad. Este convenio es apoyado por la Fundación Universidad de Antioquia y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales —FCEN.

Sobre el proceso de adjudicación de horas disponibles, Silva Villa aclaró que «los investigadores interesados en acceder a estas observaciones pueden inscribirse a través de una plataforma de la página del observatorio, desde la cual se abrirán convocatorias semestralmente o a partir del diálogo con los profesores del Instituto de Física. Posteriormente las propuestas se evalúan en un comité y se les asigna un número de horas».

Observatorio La Silla de ESO en el desierto de Atacama, Chile. Este lugar posibilita una vista clara del cielo nocturno por las ausencia de contaminación lumínica. Fotografía: José Francisco Salgado- ESO.

El acceso remoto al telescopio es posible porque está robotizado, lo cual permite que Colombia y otros países hagan observaciones desde Chile, economizando gastos de viáticos y desplazamientos. Con la instalación de la cámara CCD se ceden derechos para que, a su vez, los investigadores del Desierto de Atacama y las universidades chilenas puedan utilizarla, abriendo también la opción de generar colaboraciones con investigadores que están en ese país.

En la región donde está ubicado el Observatorio La Silla están observatorios de gran relevancia como Gemini y Alma, y telescopios de gran envergadura como el Telescopio Gigante de Magallanes —TGM— y el Very Large Telescope —VTL—. A través de estos dispositivos se observan y se estudian diversos objetos como la Nube de Magallanes y fenómenos del Universo como nacimientos de planetas y cúmulos estelares, supernovas, entre otros.

El control remoto del telescopio es posible porque está robotizado, lo cual permite que Colombia y otros países hagan observaciones desde Chile, economizando gastos de viáticos y desplazamientos. Con la instalación de la cámara CCD se ceden derechos para que, a su vez, los investigadores del Desierto de Atacama y las universidades chilenas puedan utilizarla, lo cual posibilita colaboraciones con investigadores que están en ese país.

Chile posee uno de los mejores cielos del mundo para hacer investigación en Astronomía, aseguró Silva Villa: «geográficamente hablando es un lugar óptimo para la astronomía. La humedad es baja y al estar a está a gran altura — entre los 2.500 y los 3.500 metros de altitud—  la formación de nubes se da por debajo de su área. Necesitamos que no haya nubes y que no llueva, y en el Desierto de Atacama se dan ambas condiciones».

En esa misma área están observatorios de gran relevancia como Gemini y ALMA, y telescopios de gran envergadura como el Telescopio Gigante de Magallanes — TGM—  y el Very Large Telescope — VTL—  A través de estos dispositivos se estudian diversos objetos como la Nube de Magallanes y fenómenos del Universo como nacimientos de planetas y cúmulos estelares, supernovas, entre otros.

Astronomía UdeA, un programa que se proyecta


Cúmulo estelar NGC6633, el primero que se estudia usando este convenio. Fotografía: Roberto Mura. Imagen de uso libre.

La estudiante del pregrado de Astronomía Natalia Alvarez Baena fue la primera en utilizar la posibilidad de toma de datos a través del convenio para su trabajo de grado, asesorado por el doctor Ricardo Carrera, investigador del Observatorio Astronómico de Padua, que pertenece al Instituto Nacional de Astrofísica de Italia — INAF— .

«Los cúmulos abiertos son agrupaciones de decenas a unos cuántos miles de miembros que están muy cerca al plano galáctico y se forman de una misma nube molecular. Del colapso de la nube nacen las estrellas. Estas, al formarse de una misma nube gigante, comparten edades, propiedades y composición; y de ellas podemos investigar sus diferentes etapas evolutivas», explicó Alvarez Baena, ganadora de la convocatoria de la Red Colombiana de astronomía— RECA— para estudiar estructuras de cúmulos abiertos viejos, cuyos resultados se publicarán en un artículo.

La investigación sobre velocidades radiales y abundancias químicas de cúmulos abiertos realizada por esta investigadora, en colaboración con el proyecto OCCASO Open Clusters Chemical Abundances from Spanish Observatories, hace parte de su tesis. Sobre sus alcances, explicó: «Tenemos cerca de 20 objetivos para estudiar, algunos de ellos no han sido observados antes en el marco del survey OCCASO  con el que estamos colaborando para este trabajo del cual esperamos obtener resultados importantes».

OCCASO usa telescopios instalados en España, y por tanto, está limitado a los objetos que se pueden observar en el hemisferio norte. Las observaciones de esta investigación serían un complemento para estudiar los cúmulos del hemisferio sur, con lo que se tendría una muestra de todo el firmamento. 

Aunque para esta investigación Alvarez y su asesor, Ricardo Carrera, han podido trabajar desde casa, el Instituto de Física de la UdeA dispuso que, a partir del retorno a la presencialidad de los estudiantes y profesores, las observaciones se harán desde el Laboratorio Unificado de Control Astronómico —Luca— , ubicado en la FCEN, desde donde se dirigirá el telescopio de Chile.

La figura muestra el espectro de una de tres estrellas observadas por Natalia y Ricardo. En ella se pueden identificar algunos de los componentes químicos que la integran: el Calcio, el Silicio, el Hierro y el Oxígeno, entre otros. 

La instalación del laboratorio Luca es un primer paso a un proyecto más grande denominado «Observatorio del Cielo», sombrilla que cobija varios temas como esta conexión con Chile y el proyecto Red Mónica o Antioquia mira a su cielo —actualmente un proyecto Codi de la Dirección de Regionalización— , a partir del cual se instalaron dispositivos de observación y clubes de astronomía en las sedes y seccionales regionales de la Alma Máter.

Como parte de este proyecto, en este momento la Seccional Oriente —— ubicada en el municipio de El Carmen de Viboral— cuenta con una estación meteorológica; en la Sede Norte —— en Yarumal— y  en la Seccional Magdalena Medio —en Puerto Berrío—, que tienen telescopio y cámaras de cielo completo y un observatorio portátil, respectivamente, se aprobó la construcción de observatorios astronómicos. Antioquia mira a su cielo proyecta la instalación de tres estaciones meteorológicas en los municipios de Apartadó, Caucasia y Santa Fe de Antioquia, donde la Alma Mater tiene las seccionales Urabá, Bajo Cauca y Occidente, respectivamente.

«Para nosotros este es un momento en el que vemos cómo crece un programa que al principio se vislumbraba ajeno, tal vez lejano, incluso quijotesco. Doce años después de iniciar esta aventura, vemos cómo nuestra labor se refleja en el conocimiento que Natalia y otros muchos estudiantes graduados de nuestro pregrado demuestran a diario en su quehacer científico, tanto en Colombia como en muchos otros lugares del mundo», concluyó Silva Villa.

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