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La enseñanza de la morfología en la UdeA en tres actos: ¡150 años de historias!

06/10/2021
Por: Johansson Cruz Lopera - Periodista

La primera clase de la Escuela de Medicina de la Universidad de Antioquia fue la de Anatomía, se dictó en el cementerio de San Lorenzo. Con sus vestidos elegantes, 17 jóvenes abrían por primera vez un cadáver sobre una mesa maltrecha. Hoy, 15 décadas después, las condiciones son otras, pero la esencia es la misma: la formación integral del personal de salud de la región. Así ha evolucionado la cátedra de Morfología, en tres momentos especiales de su historia. 

Estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Antioquia en el «solar de disección» del antiguo Hospital San Juan de Dios de Medellín, en 1907. Foto: Archivo personal Tiberio Álvarez Echeverri. 

Primer acto

En 1911 era común ver a Genaro Guascal caminar, con cara de pocos amigos, por los pasillos del Hospital San Juan de Dios, maldiciendo a los estudiantes de medicina de la UdeA. El motivo de aquel enojo era porque ellos le quitaban a tijeretazo limpio la ropa al cadáver que se encontraba sobre la mesa de disección, que bien pudo haber llegado a través de la  Casa de los pobres, el manicomio o de alguna habitación del mismo hospital. Para el «enterrador oficial», como se le conocía a Guascal, los pantalones, camisas, blusas, faldas o zapatos de los muertos eran su fuente de ingreso extra para completar la paga del mes. 

Pero a diferencia de Genaro, los estudiantes tenían su interés en el estudio del cuerpo humano y esto solo era posible explorando los cadáveres que llegaban al que fuera el primer anfiteatro de la Escuela de Medicina, en un solar del hospital.

Las primeras clases de anatomía eran dictadas por el doctor Julián Escobar y se llevaban a cabo en el cementerio San Lorenzo. Estas eran posibles gracias a un maniquí que el doctor Juan Crisóstomo Uribe había traído de París, mientras era estudiante, «muy completo, que sirvió para las demostraciones anatómicas y que fue utilizado hasta avanzado el siglo XX», escribió el doctor Emilio Robledo en su libro Apuntes sobre la medicina en Colombia. 

En 1896 la Asamblea Departamental, en su Ordenanza número 7, obliga que todos los estudios prácticos alrededor de la anatomía fueran trasladados del cementerio al hospital, pues el primero era considerado un lugar sagrado; allí estaban las ruinas de la capilla San Lorenzo, construida en el siglo XVII. «La única condición para obtener cadáveres y poder estudiarlos era que pasaran más de 10 horas sin que nadie preguntara por ellos y, posteriormente, realizar una cristiana sepultura», relató el doctor Carlos Estrada, jefe del Departamento de Morfología de la Facultad de Medicina de la UdeA. 

A finales del siglo XIX y hasta mediados del XX el libro de referencia para la enseñanza de la anatomía era el Compendio de Anatomía Descriptiva, del médico francés J. A. Fort. Uno de los tres primeros doctores en graduarse de la UdeA; Tomás J. Bernal, una vez terminado sus estudios, viajó a París y se unió al equipo de trabajo del galeno Fort y se convirtió en su más importante ayudante, a tal punto que el nombre del doctor Bernal aparece en varios capítulos de ediciones posteriores de aquella publicación. Después de su periplo por Europa regresó a su casa a enseñar anatomía durante 19 años; «de suerte que todos los titulados de la Alma Máter en tal período debieron a él los conocimientos en esta materia, que es fundamento indispensable de la medicina», publicó en 1939 el filósofo Julio César García, rector de la UdeA. 

Segundo acto

En 1956 Europa fue golpeada por una ola de invierno que dejó cientos de muertos; en Bolivia se aprobó el derecho al voto de los aborígenes y las mujeres y varias naciones africanas se independizaron de Francia. Ese mismo año, la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia vivió uno de sus momentos más importantes, de cara al futuro de la enseñanza médica en la región

Se creó el Consejo Académico y se aprobó el proyecto de división de la Facultad en departamentos: Medicina Interna, Físico-Química, Patología, Clínica Interna, Pediatría, Medicina Social, Cirugía, Ginecología y Obstetricia y Morfología. 

Once años después, en 1967, el doctor Jairo Bustamante Betancur creó el primer programa de Estudios de Postgrado en Morfología, al que asistieron estudiantes de biología, «pues los médicos no querían estudiar esta materia», escribió el doctor Tiberio Álvarez Echeverri en el libro Enciclopedia Inacabada: Facultad de Medicina 1871 - 2021

Para dicho programa el doctor Bustamante contó con la ayuda de la Fundación Kellogg y una universidad canadiense. Allí se graduaron anatomistas de Colombia, Bolivia, Chile, Panamá y Guatemala.

«El doctor Jairo Bustamante habría de consolidarse como la figura de un gran hombre, artista, culto, temperamental, pintor, profundo, humano —esencialmente humano— que haría del dibujo su herramienta didáctica. Fue él quién le dio forma e identidad definitiva al Departamento de Morfología. En su honor se bautizó el auditorio del primer piso del edificio que, históricamente, y con profundo amor, siempre habíamos llamado con el entrañable nombre de Bloque de Morfología», contó Carlos Estrada. 

Para ese momento, a diferencia de las dificultades de los primeros 17 estudiantes que comenzaron en 1872, que practicaban en el maniquí del doctor Juan Crisóstomo, las condiciones habían cambiado. «Las prácticas se hacían en las salas de anatomía, complementadas con los museos de anatomía y neuroanatomía. Se realizaban en las salas de disección con los cadáveres y se complementaban con proyecciones anatómicas de las diferentes regiones del cuerpo humano», afirmó Nicolás Pulido Pérez, docente de Morfología en la década de 1970.  

Tercer acto 

En 150 años las condiciones han cambiado. Hoy las clases se dictan en unas salas perfectamente ventiladas e iluminadas, con mesas de acero inoxidable, con vertederos de agua caliente y fría y con procesos de trituración que ofrecen seguridad y confort a los estudiantes y docentes. «En el año 2009, en las salas de anatomía, teníamos mesas de granito y de cemento y unas condiciones precarias de seguridad. En la administración del profesor Élmer Gaviria Rivera, cuando fue decano, se logró conseguir la financiación para restaurar las salas de anatomía y todo el edificio», explicó el médico Carlos Mejía, docente de la Facultad de Medicina. 

La enseñanza de la morfología y la anatomía siempre ha requerido de un elemento primordial, desde sus inicios: el cuerpo humano. Conseguir las piezas anatómicas es quizás más complejo ahora que hace quince décadas, pues los requisitos legales son más exigentes. Es por eso que la Facultad de Medicina está en una constante búsqueda de alternativas que innoven en la enseñanza a través de modelos artificiales o simulación.

Para las prácticas de enseñanza tradicionales con cadáveres en el laboratorio de morfología de la UdeA se han empleado diluciones de formaldehído para la preservación. Sin embargo, el contacto con esta sustancia genera náuseas, cefalea, irritación ocular y dermatitis», expresó el docente de la Facultad, Luis Miguel Acevedo Arroyave. 

A razón de ello se generó la búsqueda de otras técnicas de preservación, entre ellas, la plastinación como una opción atractiva: «Al finalizar el proceso se obtienen piezas secas, inodoras, de aspecto natural y duradero, lo que permite disminuir las concentraciones de vapores de formaldehído, minimizando riesgos para estudiantes, docentes y personal relacionado con los laboratorios», escribió el docente Manuel Andrés Rojas, en el texto Técnica de plastinación de la Universidad de Antioquia: una adaptación del método estándar alemán. 

La Facultad de Medicina implementó, a partir de 2002, la plastinación como técnica de conservación, con lo que dio inicio al Laboratorio de Plastinación que logró adaptar el método estándar alemán y realizar uno propio que consta de cuatro etapas: fijación, deshidratación, impregnación forzada y curado; la disección de la pieza anatómica se realiza durante todo el desarrollo, por tanto, no se considera una etapa sino un proceso dinámico.

La enseñanza de la anatomía comenzó en 1871 sobre una mesa una maltrecha madera de madera. En la actualidad las condiciones son otras, pues se dictan con mesas de acero inoxidable, con vertederos de agua caliente y fría y con procesos de trituración que ofrecen seguridad y confort a los estudiantes y docentes. Foto: oficina de comunicaciones de la Facultad de Medicina de la UdeA. 

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