Guatapurí, un río para reconocer la biodiversidad
Guatapurí, un río para reconocer la biodiversidad
La conservación de este afluente del departamendo del Cesar es urgente. A través de su empresa EcoSoluciones, un egresado de la Universidad de Antioquia despliega estrategias para descontaminarlo y reconocer las especies de peces y cangrejos que se mueven en sus aguas.
El cangrejo Guatapuri, Sylviocarcinus piriformis, mide cerca de 40 milímetros y una de sus características principales es su caparazón subcuadrado y rojizo. Foto: cortesía Darío Alexander Puerta.
Desde que se sumergió por primera vez en el Guatapurí, el ecólogo Darío Alexander Puerta Tejada descubrió que debía trabajar por la educación ambiental en esas aguas transparentes. Hace más de 10 años, cuando estudiaba el programa de Ciencias del Mar en la sede de Urabá de la Universidad de Antioquia, empezó a hacer alianzas para explicarle a la comunidad por qué es importante valorar y preservar el patrimonio natural.
Hasta ese momento muy pocas especies del río habían sido inventariadas. Con un equipo de colegas emprendió en 2019 el rastreo de la fauna de este afluente que nace en dos glaciares -La Reina y Donachui- de la Sierra Nevada de Santa Marta, a 5 000 msnm, y desemboca en el río Cesar, cerca del municipio de Valledupar. En una jornada de limpieza subacuática y extracción de residuos sólidos encontraron varias especies de peces, además de anguilas y cangrejos: «Ligamos aquello que llamamos responsabilidad social empresarial a los temas de ecología, porque todos los seres vivos somos agua, y en el caso del río Guatapurí, es urgente que sea descontaminado», explicó Puerta Tejada.
Con su empresa EcoSoluciones, reportó en diciembre pasado la presencia de 14 especies de peces —cinco endémicas— y un cangrejo. Durante las inmersiones en los balnearios Hurtado y la Posa del Caballo en Valledupar, Cesar, identificaron la Dasyloricaria filamentosa o coroncoro cola larga, Lasiancistrus caucanus o coroncoro negro, Ichthyolephas longirostris o beso te, Parodon magdalenensis o mazorco, y Astyanax magdalenae o sardina tolomba.
Hubo otras apariciones que llamaron la atención de este equipo: Synbranchus marmoratus o anguila de lodo o pez serpiente, un avistamiento inusual que no había sido registrado en este afluente; y Silviocarcinus piriformis o cangrejo del Guatapurí, comúnmente visto en la cuenca del río Magdalena y en la cuenca del lago Maracaibo, Venezuela. Además de las 15 censadas, fueron encontradas siete especies nuevas de peces y ahora trabajan en su caracterización.
Un corredor biológico
En los ecosistemas que lo rodean, el río Guatapurí conecta especies de fauna y flora propios del bosque seco tropical, la ciénaga de Zapatosa y el desierto de La Guajira. A su vez, sus aguas han estado asociadas a la mitología de los pueblos indígenas kankuamo y wiwa que han habitado territorios cercanos a sus aguas. El esplendor del paisaje que circunda este afluente ha sido exaltado en la tradición vallenata y en las leyendas populares de Valledupar.
La catalogación de estos se realizó con la ayuda de un equipo encabezado por la experta en cangrejos de la Universidad Nacional, Marta Rocha de Ocampo; el ecólogo Juan Diego Correa Rendón y el ictiólogo Jonathan Álvarez, ambos de la Universidad de Antioquia. En palabras de Puerta Tejada: «Estamos rompiendo los paradigmas de la investigación en peces y cangrejos, ya que para identificarlos no los sacrificamos sino que con imágenes y videos detallados de sus cuerpos relacionamos las semejanzas».
Añadió que, en medio de este trabajo, uno de los puntos críticos ha sido el manejo cultural del río Guatapurí porque, a pesar de las campañas en conjunto con entidades públicas y privadas, la gente sigue depositando basura en sus aguas. De ahí que las propuestas de turismo científico son uno de los «bastiones del desarrollo sostenible y puede dejarle a la región el reconocimiento de su biodiversidad e ideas para fortalecer su economía desde las actividades y empresas dedicadas al Ecoturismo», afirmó Edison García, de la Escuela de Buceo de la Universidad de Antioquia.
La sensibilización ambiental es clave para cuidar este corredor biológico y ha sido el camino que les ha permitido a los investigadores aliarse con otros expertos y aficionados que buscan este sitio para avistar aves, mariposas y frailejones, entre otros individuos. Son cada vez más los retos para su conservación. La voluntad para superarlos está intacta.
Catálogo de peces y cangrejos de los balnearios Hurtado y la Posa de los Caballos. Imagen: Cortesía Instituto Humboldt.