Experimentación con animales: urgen regulaciones en Latinoamérica
Experimentación con animales: urgen regulaciones en Latinoamérica
Mientras se avanza en la búsqueda de alternativas para evitar por completo el uso de animales para la experimentación científica, y ante la falta de leyes que regulen este tema en América Latina, investigadores de esta región construyen un Acuerdo de Transparencia enfocado en el respeto por la vida, el dolor y el sufrimiento de estos.
En los bioterios habitan especies como ratones, ratas, hámsteres, gallinas, conejos, salamandras y una variedad de insectos. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / María Camila Monsalve A.
Sin importar la especie, algunos animales tienen similitudes con los humanos en sus órganos, estructuras o partes del cuerpo que, por lo general, están en la misma posición y cumplen funciones similares. Primates no humanos como gorilas y chimpancés, gatos, perros, reptiles, anfibios, ovejas, cerdos, cabras, peces, roedores como ratas, ratones, conejos y hasta insectos comparten alguna «analogía fisiológica».
Esta compatibilidad, junto con el desarrollo de la biomedicina, fundamental en la medicina actual, dio paso a la experimentación animal y al surgimiento de la ciencia de los animales de laboratorio. Junto a estas también nació la necesidad de tener normas para evitar que sean sometidos a sufrimientos físicos o psicológicos.
El primer paso para garantizar el bienestar animal y la rigurosidad en las investigaciones son los bioterios, laboratorios dedicados a la cría y el cuidado de estos seres vivos. Estos lugares deben cumplir estrictamente con las condiciones necesarias para la supervivencia de cada especie: como la infraestructura —tamaño, temperatura, humedad—, la evaluación periódica de la salud de las mismas y su alimentación.
«Siempre evaluamos si podemos tener en las investigaciones un método alternativo a los modelos animales. El científico debe explicar en su trabajo, con un lenguaje sencillo, qué hará; así lo exige la ciencia para que la investigación sea homogénea y replicable. Eso es transparencia y es lo que tenemos que empezar a contarle a la sociedad: qué hacemos en los bioterios», explicó Hernán Serna Duque, médico veterinario y asesor de bienestar animal en distintos centros de investigación en España, en el marco del encuentro internacional Expobioterios 2022, realizado en la Universidad de Antioquia en septiembre pasado.
Un acuerdo para la autorregulación
No obstante, no existen leyes y normativas en América Latina claras relacionadas con la experimentación animal. Por eso, un grupo de científicos de Argentina, Colombia y Brasil construyen un Acuerdo de Transparencia que entregará a los investigadores de la región pautas para garantizar el respeto en estos procesos.
«Algunos países tienen leyes que exigen transparencia. En otros no hay, pero, a pesar de que no abordan la experimentación, tienen en cuenta el bienestar animal. Otros ni siquiera tienen un reglamento de ética obligatoria», expresó Ekaterina Rivera, médica veterinaria y representante del Consejo Internacional de Ciencia Animal de Laboratorio —Iclas—.
Para el caso de Colombia, explicó José Ignacio Calle Posada, coordinador del Comité de Ética para la Experimentación con Animales de la Universidad de Antioquia, la Ley 84 de 1989 aborda la protección animal, sin embargo, no habla de la experimentación científica.
«Parte de esa transparencia es que en los comités de ética haya representantes de asociaciones protectoras de animales. Las personas deben saber que están en muy buenas condiciones. Los científicos pretendemos mostrar que las cosas han cambiado a lo que eran hace 30 o 40 años, para que la sociedad sepa que la ciencia de los animales de laboratorio es algo muy planificado y vigilado», expresó Calle Posada.
Ekaterina Rivera resaltó que es urgente que se regule esta práctica a través de leyes. «No vamos a inventar nada. Vamos a replicar lo que hay en Europa, científicos de diversos países, entre ellos de España, se ofrecieron a ayudar. El acuerdo está en una etapa inicial y quedará escrito lo más sencillo posible para que cualquiera tenga acceso. Los científicos deben comprometerse con algunas cosas básicas, como dar a conocer a la sociedad lo que hacen», enfatizó.
En la actualidad, un equipo de seis investigadores de la región trabaja en el Acuerdo que está en etapa de recolección de información. El siguiente paso será dar a conocer el plan para el continente y tener los primeros afiliados. Se espera que todos los países del Sur hagan parte de la iniciativa.
Sin investigación animal no hay cura
Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / María Camila Monsalve A.
El conocimiento que se ha logrado durante años sobre las enfermedades, así como su tratamiento, ha sido adquirido con base en los estudios con modelos animales. «Hay especies con características únicas, algunas son ideales para replicar y aprender combatir las enfermedades humanas y animales. También hay otras útiles para conocer el funcionamiento del cuerpo humano en procesos como los trasplantes o la regeneración de órganos», señaló Juan Manuel Baamonde, mánager del bioterio de ratones modificados genéticamente del Centro de Estudios Científicos —CECS— de Valdivia, Chile.
Pese a que estas prácticas continúan, hay unas batallas ganadas, como en el sector cosmético, donde se han explorado otras técnicas: «El uso de animales para cosméticos o maquillaje es uno de los puntos que genera más indignación. En muchos países, como Colombia, se ha prohibido esta práctica —Ley 2047 de 2020—, este es un buen ejemplo del reemplazo de animales en investigaciones. Ahora muchos procesos se hacen en células, con la ayuda de estadísticas, fórmulas y softwares», enfatizó Juan Manuel Baamonde, técnico en Bioterios.
A pesar de la necesidad de reemplazar los animales, estos se seguirán usando, como insistió Lluís Montoliu, vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España en su ponencia de Expobioterios 2022: «Si no hay investigación animal no hay cura. Si no hablas de un tema suscitas que hay algo que ocultar, que no es nuestro caso. Es necesario declarar cómo usan los animales y facilitar el acceso a la información».
Destacó que el cambio de la legislación en distintos países, donde los animales pasan de ser considerados seres vivos a seres sintientes, no ha modificado la estricta legislación de uso animal para la investigación y la docencia: «Esto quiere decir que la ciencia de los animales de laboratorio respeta escrupulosamente la legislación y el bienestar de estos».
Las 3R de la experimentación científica
Los bioterios aplican el principio internacional de las 3R: reemplazar, reducir y refinar. Reemplazar el uso de animales por alternativas, como modelos de computación y cultivos celulares; reducir el número de individuos que se usan y refinar las técnicas que ayuden a disminuir o anular el dolor o la incomodidad de los animales.
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