Opinión

El pasado viernes 14 de marzo del 2025, en el marco de la socialización del nuevo Plan decenal de cultura de Medellín, la Secretaría de Cultura del Distrito convocó a la División de Cultura y Patrimonio de la Universidad de Antioquia para, a través de ella, hacer entrega simbólica del documento al sector académico de la ciudad. Recibí muy honrada el ejemplar. Lo leí como el reconocimiento de la profunda incidencia que ha tenido la Universidad de Antioquia en los procesos de planeación cultural de las últimas dos décadas, a nivel departamental y distrital. 

El Plan departamental de Cultura 2006 – 2020 «Antioquia en sus diversas voces», así como el Plan de Desarrollo Cultural de Medellín 2011-2020 «Medellín una ciudad que piensa y se construye desde la cultura», se realizaron desde la Universidad de Antioquia bajo la coordinación técnica del Departamento de Extensión Cultural. En 2014, esta misma dependencia se encargaría de la coordinación técnica y académica de un ejercicio a mayor escala y en ese entonces inédito: la formulación de los planes departamentales de las áreas de música, danza, teatro, artes plásticas, literatura, medios comunitarios, bibliotecas y cine y audiovisuales. 

Por mi parte, fui la encargada de la coordinación académica y metodológica del Plan de Cultura de Antioquia 2023-2035 y los ocho planes de área, un proceso coordinado desde la Facultad de Artes y con la participación directa de más de cinco mil trabajadores de la cultura de todo el departamento y que en virtud de la Ordenanza 48 del 26 de diciembre de 2023, constituyen hoy la Política Departamental de Cultura. Esta política se alimentó en gran medida de las tres primeras fases del proceso de caracterización del sector cultural del departamento, que tuve la oportunidad de coordinar también desde la Facultad de Artes entre 2022 y 2023 y que fue posible gracias a una alianza con Proantioquia y el ICPA. Para el desarrollo de este ejercicio, nuestra Universidad estableció espacios de diálogo con los actores culturales de los 115 municipios que conforman las regiones de Urabá, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Oriente, Norte, Nordeste, Occidente y Suroeste.

Indudablemente, este rápido recuento omite muchos procesos igualmente importantes, pero es suficiente para dar cuenta de la valiosa experiencia que se ha venido construyendo durante los últimos 20 años en nuestra institución y que sustenta su consolidación como un actor relevante para la gestión cultural de nuestro territorio. Una experiencia fraguada en contacto directo con la ciudadanía, habilitando oportunidades de participación y de intercambio de conocimientos en todos los territorios de Antioquia, que han dado como resultado la formulación de líneas comunes de trabajo en materia cultural. Debemos, ahora, dar un paso más y pasar de ser aliados u operadores en el proceso de formulación de planes a convertirnos en corresponsables de su implementación efectiva. 

Los fenómenos migratorios, las transformaciones demográficas, los retos medioambientales, las tensiones identitarias y los relacionamientos cada vez más explícitos entre cultura y desarrollo humano son asuntos globales que nos compete atender como lo que somos: «el proyecto cultural más importante y continuo de la región», según las palabras de la profesora María Teresa Uribe. El fortalecimiento de la vida cultural de la ciudad y del departamento, como camino para la activación de la creatividad colectiva y como espacio para el ejercicio de derechos, exige la vinculación de todos los sectores sociales en términos de corresponsabilidad. La Universidad debe arriesgarse y darse a la tarea de recorrer el camino definido colectivamente.

La diversidad de enfoques y propuestas culturales que cada día surgen desde la Universidad, constituyen la principal riqueza de su modelo cultural. Reconociendo lo simbólico y la creatividad como principales insumos de quienes trabajamos en cultura, la coyuntura actual debe llevarnos a la unión de fuerzas, saberes y capacidades desde una lógica colaborativa, atenta a los procesos instalados y respetuosa de los alcances, facultades y competencias de cada quien para el cumplimiento de un propósito superior articulado con las agendas colectivas y los retos sociales. Solo así se podrá garantizar un mejor impacto, pertinencia, eficacia y eficiencia de los recursos que nuestra Universidad invierte en cultura.

Dado su lugar histórico, social y académico, nuestra institución tiene la gran responsabilidad de aportar a asuntos cruciales de la cultura como la gestión del conocimiento, la innovación, la investigación en gestión cultural, así como a la atención a poblaciones desatendidas. La atención a infancias y adultos mayores, la gestión de la información para la toma de decisiones basada en evidencia, la medición de impacto, la búsqueda de modelos público-privados de colaboración, la relación entre educación y cultura, la investigación y la mediación cultural como herramienta comunicativa para el fortalecimiento del tejido social, son algunos de los asuntos clave de la gestión cultural que hoy hacen parte de las reflexiones sostenidas desde la División de Cultura y Patrimonio y que representan soluciones concretas frente a los desafíos formulados por el Plan Decenal de Cultura de Medellín y la Política Departamental de Cultura. 

Por supuesto, estas reflexiones se están llevando de manera conjunta con unidades académicas y administrativas como, por ejemplo, Permanencia, el Seti, el Herbario, el Sistema de Bibliotecas, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, la Facultad de Educación, la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, la Facultad de Artes, entre otros, desde donde incluso se está contemplando la posibilidad de abrir de nuevo el grupo de investigación en Gestión Cultural. 

Junto con el Museo de Antioquia y la Facultad de Artes estamos concertando acciones para asumir nuestra responsabilidad frente al fortalecimiento de la investigación curatorial en nuestro departamento. De hecho, desde este año, el Museo Universitario es un espacio de investigación para el semillero del Grupo de Teoría, Práctica e Historia del Arte en Colombia, lo que sin duda acelerará el proceso de documentación de la Colección de Arte y diversificará las miradas curatoriales. 

A la hora de recibir este honroso reconocimiento en nombre de la Universidad, no pude evitar pensar en lo privilegiados que somos como institución cultural, por nuestras capacidades instaladas, por el patrimonio que cuidamos, por nuestro peso histórico, por el amor y la confianza que nos expresa la ciudadanía, por el conocimiento que aquí se construye y porque participamos en el fortalecimiento de todos los eslabones de la cadena de valor cultural. Desde su lugar, la División de Cultura y Patrimonio busca consolidarse como punto de convergencia de los tres ejes misionales de la Universidad de Antioquia para aportar a la concreción de metas colectivas frente a desafíos globales.

La cultura es a la vez la norma y la transgresión a la norma, decía Baumann. Nunca habrá demasiada reflexión ni demasiado análisis acerca de temas culturales en nuestra Universidad; porque la cultura es un campo cambiante, porque esa es la naturaleza de nuestra Alma Máter y porque ahí se encuentra el secreto de su próspera longevidad.

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