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Octubre 7 de 2022

Luego de analizar a 223 familias, investigadores de la Facultad de Medicina de la UdeA, identificaron que el 31 % de los hermanos de niños diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad también presentaban la enfermedad y que más del 60% de las madres tenían algún trastorno psiquiátrico, siendo los más comunes depresión y ansiedad. 

En los últimos años, Natalia Gil no solo ha tenido que enfrentarse a los retos que trajo consigo la pandemia, sino también a los cambios de comportamiento y al deseo constante de su hija por comer, comer y comer.  

Todo comenzó en 2020, para ese entonces y dada la emergencia sanitaria ocasionada por la Covid-19, Natalia pensó que dicha situación era normal, pero conforme avanzaba el tiempo, Celeste seguía ansiosa, inquieta y muy parlanchina. Es más, tuvo días en los que destruía juguetes, cuadernos y lo que se encontraba a su paso, no importaba si estaba en casa o de visita.  

Con el regreso a la presencialidad, en el colegio identificaron que la niña tenía dificultades para concentrarse durante las clases, un hecho que aumentó en Natalia su interés por saber qué sucedía con su hija, por lo que decidió acudir al pediatra, quien remitió a Celeste al neuropsicólogo, el diagnosticó: TDAH, es decir, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. 

“Desde el inicio de la pandemia noté que Celeste manejaba la ansiedad a través de la comida y destruía todo. Además, en el colegio hablaba mucho, no prestaba atención y hacia otras actividades. Su vida social también cambió, su círculo de amigas se redujo”, contó Natalia, quien agregó que desde finales de 2021 su hija, de 10 años de edad, asiste a terapias y está a la espera de la remisión a psiquiatría.

Según el docente e investigador de la Facultad de Medicina de la UdeA, Juan David Palacio Ortiz, este es uno de los trastornos más comunes en la infancia, que afecta en mayor medida a los niños, el cual requiere tratamiento farmacológico y de una intervención familiar.

“Alrededor del tratamiento para el TDAH existen muchos mitos, hay quienes dicen que genera adicción o que cambia la personalidad de los niños. Estudios científicos demuestran que eso no es real, a la mayoría de los pacientes - por no decir que a todos – les va muy bien, tienen mejor desempeño académico, mejores relaciones familiares y sociales.  Incluso, los tratamientos durante la adolescencia pueden tener un efecto protector ante conductas de riesgo como el consumo y abuso de sustancias psicoactivas”, explicó Palacio Ortiz.

Es preciso decir, que desde hace cinco años, en alianza con la Universidad CES y gracias al apoyo de Colciencias y el Comité para el Desarrollo de la Investigación, CODI, de la UdeA, el profesor Palacio Ortiz junto a los expertos: Marta Isabel Martínez Zamora, Carlos López Jaramillo, Jorge Mauricio Cuartas Arias y Johana Valencia Echeverry, investiga las características clínicas, marcadores genéticos y factores psicosociales asociados al TDAH, así como los riesgos que tienen los hermanos y madres de niños diagnosticados de presentar este u otros trastornos psiquiátricos.

“Hace unos cinco años iniciamos esta investigación enfocada en estudiar a las familias de los niños diagnosticados con TDAH, específicamente, hermanos y madres. Trabajamos con 223 familias, encontrando que más del 60 % de las mamás y el 64% de los hermanos también padecen algún trastorno psiquiátrico”, explicó el docente, quien aseguró que, del total de hermanos analizados, el 31% presenta, también, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Cabe aclarar que estos últimos no tenían un diagnostico cuando ingresaron al estudio, entre otras razones, porque presentaban un trastorno menos severo o de características diferentes a las de sus hermanos, por ejemplo, era menos impulsivos o  distraídos, condiciones que no generaban alertas en sus padres.  

De acuerdo con el psiquiatra infantil, los menores de edad que tienen hermanos con TDAH tienen de 5 a 7 veces mayor riesgo de presentar este trastorno, por lo que es vital que, ante el diagnóstico, el médico tratante realice una valoración familiar para identificar los riesgos y las condiciones en la salud mental de todos los integrantes.  

Pero, qué genera este trastorno

Múltiples son las causas del TDAH, además de  un componente genético se asocia a infecciones virales maternas, nacimiento prematuro, sufrimiento fetal agudo, así como al consumo materno de alcohol, tabaco o drogas.

También influyen factores psicosociales como la disfunción familiar, bajo nivel socio económico, pertenecer a familias numerosas, criminalidad del padre, trastorno mental de la madre y la institucionalización del niño (albergues infantiles, hogares sustitutos, etc.).

“Durante la investigación encontramos que, en las familias con tres o más factores psicosociales adversos, sus hijos tenían mayor riesgo de presentar trastornos psiquiátricos”, señaló Palacio Ortiz, quien afirmó que la detección temprana es clave para lograr mayor adherencia al tratamiento y lo más importante contribuir a la calidad de vida de los niños y sus familias, que deben enfrentar una carga emocional alta, dados los señalamientos, la exclusión y los prejuicios sociales.

“Este ha sido un proceso complejo porque la gente no comprende que ella tiene un trastorno. Ellos creen que es una niña inquieta, a la que sus papás no le han puesto limites o no le han enseñado que está bien o qué está mal. Muchas veces me he sentido frustrada porque es difícil sentir que tu hija está siendo señalada”, dijo Natalia Gil, para quien es un alivió saber que esta enfermedad también está siendo analizada por expertos, porque considera que mientras más información veraz y con base en evidencia científica se conozca, ella y otros padres tendrán más herramientas para apoyar a sus hijos, además contarán con mejores argumentos para educar a otros frente a este trastorno que afecta al 7% de la población infantil.