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Con ChatGPT nos preparamos para un futuro que ya llegó

17/04/2023
Por: Carlos Olimpo Restrepo S. - Periodista

La inteligencia artificial entró a nuestra vida cotidiana casi sin darnos cuenta, y con el desarrollo de un nuevo modelo de lenguaje natural se hace más cercana a la vida de las personas que cuentan con una conexión a internet o con un teléfono inteligente, es decir, cerca del 70 % de la población mundial. 


Ilustración: Gerd Altmann en Pixabay

No solo es ChatGpt de OpenAI —que además ya tiene GPT Plus y trabaja en desarrollos de productos similares o complementarios—. Otros grandes modelos de lenguaje, desarrollados y entrenados mediante métodos de aprendizaje automático, como Apprentice Bard —de Google— o Notion —de Notion Labs— ya están, o estarán, dentro de poco tiempo, a disposición de los usuarios de internet. 

Estas aplicaciones y otras similares tienen en común que interactúan mediante la palabra —oral o escrita— con los humanos en general, pues no se requiere ser un experto en sistemas, en informática o en matemáticas para consultarlas o darles órdenes, como sucede con algunas máquinas.  

La inteligencia artificial —IA— más popular de los últimos cuatro meses es ChatGPT, con todas sus limitaciones, como ella misma lo admite, y es una herramienta puesta a prueba en universidades, donde la han sometido a exámenes de admisión y los ha pasado, y medios de comunicación, donde le han hecho entrevistas.  

De estas y otras situaciones han surgido especulaciones, dudas y temores sobre el futuro de algunas profesiones, y, los más catastróficos, de los peligros que representa para la humanidad. Para aclarar algunos de estos aspectos hablamos con el chat de OpenAI y con tres profesores de la Universidad de Antioquia, expertos e investigadores de IA. 

Para entender mejor esta tecnología y los temores que despierta se puede recordar un episodio del 2021, cuando unos ingenieros de Google señalaron que la tecnología de conversación LaMDA —Language Model for Dialogue Applications, modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo, en español— tenía consciencia, algo que fue negado por la empresa. 

La IA en sus palabras 
 

ChatGPT es un modelo de lenguaje entrenado con una gran cantidad de texto en internet y diseñado para responder preguntas y tener conversaciones sobre múltiples temas con los usuarios, en un lenguaje natural, coherente y comprensible. 

Fue creado por OpenAI, organización sin ánimo de lucro que cuenta entre sus inversionistas con Sam Altman, expresidente de Y Combinator, una aceleradora de empresas emergentes; Elon Musk, cofundador de Tesla, SpaceX y otros proyectos tecnológicos; Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn y miembro de la junta directiva de Microsoft —empresa que ha sido socia estratégica y promotora de investigaciones y desarrollos de IA—, y Peter Thiel, cofundador de PayPal y fundador de Palantir. 

«Mi conocimiento se detiene en el 2021, por lo que no tengo información actualizada sobre eventos o desarrollos más recientes. Estoy disponible al público desde el 2019 y desde entonces he sido utilizado en una amplia variedad de aplicaciones, incluyendo chatbots, asistentes virtuales y plataformas de aprendizaje automático», respondió al ser consultado sobre qué es y cómo funciona. 

Ante los temores que despierta en algunas personas, aseguró que «como modelo de lenguaje AI no tengo conciencia de mi propia existencia ni de ningún otro concepto similar. Soy un programa de computadora diseñado para procesar y generar texto (…). No tomo decisiones por mí mismo, sino que simplemente respondo a las solicitudes de los usuarios de acuerdo con mi programación y entrenamiento»

Respecto a su capacidad de indagación en la red mundial, este desarrollo de OpenAI es limitado frente a los motores de búsqueda, que además de entregar documentación ante las preguntas de los usuarios, pueden indexar y clasificar información en una amplia variedad de formatos y lenguajes —imágenes, videos, audio, documentos y más—, gracias a algoritmos y clasificadores de muy alta precisión, utilizados para entregar a los usuarios los resultados que consideran más relevantes. 

«La IA, como rama de la computación, lo que busca es que las máquinas, a medida que tengan más datos, puedan hacer, de mejor manera, una acción. En esa medida, antes de la pandemia veíamos unas IA para asuntos que no son tan cercanos para el común de la gente, algo muy técnico; sí había un desarrollo en el lenguaje, aunque no era tanto como este. Y a partir del confinamiento empieza a ser más importante el desarrollo del lenguaje de las máquinas, sobre todo en las redes sociales», explicó Jaider Ochoa Gutiérrez, profesor de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA e investigador en Ciencia, Tecnología e Innovación. 

¿Amenaza para algunas actividades? 
 

Uno de los asuntos más debatidos en meses recientes es si este tipo de herramientas pueden servir para que los estudiantes las encarguen de sus trabajos sin mayor esfuerzo o para reemplazar a profesionales de la educación, del periodismo o de la escritura. 

Ilustración: Gerd Altmann en Pixabay

ChatGPT afirma que puede ser «una herramienta de trabajo académico útil para estudiantes universitarios de pregrado y posgrado», porque sirve para generar ideas para ensayos o trabajos de investigación, mejorar sus habilidades de escritura, al proporcionar retroalimentación y sugerencias sobre la gramática, el estilo y la estructura de sus textos, así como para brindar información y definiciones sobre conceptos específicos. 

Esta y otras IA similares han sido probadas en salas de redacción, colegios y universidades del mundo, con resultados avanzados, pero todavía no están en capacidad de reemplazar completamente las tareas de maestros, artistas o periodistas, toda vez que muchas labores de estas y otras profesiones requieren de un conjunto específico de habilidades y conocimientos que aún no pueden ser replicados en su totalidad por las máquinas.  

Para el docente e investigador Freddy Duitama, líder del grupo de investigación Intelligent Information Systems Lab, de la Facultad de Ingeniería de la UdeA, «cuando se creó la máquina de vapor se pensaba que iba a reemplazar muchos trabajadores, cuando salió la calculadora, la primera reacción de algunos profesores fue prohibirla, porque decían que con ese aparato los estudiantes no iban a aprender matemáticas. Pero no hay que confundir el impacto del momento con la mirada más en perspectiva del proceso que está pasando, estamos en una época similar a la Revolución Industrial, conjugada con muchos factores». 

Al respecto, Fernando Castro Torres, docente en Comunicación Digital de la Facultad de Comunicaciones de la Alma Mater, señaló que «una de las características más sobresalientes de la IA es su capacidad de aprender de sus errores y mejorar con el tiempo. A través de los algoritmos, la IA va sofisticando su modo de comprensión del lenguaje, lo que le permite responder de manera más cercana a nuestro universo sociocultural y lingüístico. De esta forma, la IA se va haciendo cada vez más cercana a cómo pensamos y procesamos el pensamiento los humanos». 

Por eso, es posible que, en un futuro a mediano plazo, la IA sirva para encargarse plenamente de algunas actividades humanas, no solo en campos como las tecnologías, sino también en áreas relacionadas con las humanidades y la creatividad artística, y puede que un poco más adelante esas máquinas no solo aprendan de una manera controlada por el ser humano, sino que, gracias a la ingeniería cuántica, puedan «independizarse» y, tal vez, ser otro tipo de vida en la tierra. 

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