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Opinión

Luz y sombra

31/07/2017
Por: Judith Nieto López, PhD profesora Facultad de Medicina, UdeA

"Este árbol, que concede simultáneamente luz y sombra a quienes en cualquier momento del día usan los pesados aparatos de gimnasia instalados allí; solo y sin ninguna necesidad de ruido, convoca el murmullo del viento, invita al susurro de la letanía que traen sus hojas, llama al silencio al que se resisten los alcaravanes, custodia como tantos de su familia el territorio verde".

Me piden que escriba un texto breve acerca de uno de los lugares que más me guste de la Universidad de Antioquia. Es una invitación interesante, aunque a la vez me pone en aprietos, pues se trata de adelantar un ejercicio difícil, especialmente porque la elección de un lugar grato en medio de tantos con los que cuenta el campus universitario es de verdad una labor complicada.

Luego de recordar, repasar y mirar posibles espacios y motivos sobre los que me gustaría escribir, elegí un árbol. Sí, uno en específico: frondoso, siempre verde, enorme, pero con diminutas hojas, al que se ve que le han cortado varios brazos, según las cicatrices lisas que sobresalen en su tallo. Sobre ellas han sido pintadas trazas de tono verde que en nada igualan al verde original de esta muestra vegetal, erguida sobre un tronco imposible de abarcar, pero que se deja contemplar.

Es el árbol que da sombra al gimnasio al aire libre, instalado hace algunos meses en uno de los costados del estadio de la Universidad, ubicado al lado de la escultura El beso.

Caminé a su alrededor en busca de algún nombre cuando decidí escribir sobre él, pero no hallé señal alguna que me lo indicara: desconozco su familia o su especie. Por un momento, ello me embargó bajo la sensación de no poder escribir sobre su imponencia, sobre esa singular manera de permanecer en pie, viajando en el aire, y con sus hojas elevadas, firmes como la verticalidad de las ramas de las que brotan.

Este árbol, que concede simultáneamente luz y sombra a quienes en cualquier momento del día usan los pesados aparatos de gimnasia instalados allí; solo y sin ninguna necesidad de ruido, convoca el murmullo del viento, invita al susurro de la letanía que traen sus hojas, llama al silencio al que se resisten los alcaravanes, custodia como tantos de su familia el territorio verde.

¿Por qué decidí escribir sobre este ejemplar preciso, bajo el que paso a primera hora de muchas de mis mañanas de ejercicio? Por dos razones: una, porque quisiera hacer hablar a este gigante desinteresado que custodia a los gimnastas, quienes, sin fijarse en él, acuden diariamente a su sombra, que los abraza con su impecable naturaleza. La otra, por la inmensidad del juego de luz y sombra que arrojan sus ramas, sus menudas hojas y todo él. Una sombra que es expulsada de todos sus recovecos, sin negar lugar a la luz entregada por el sol inicial del día. Capaz de combinar luz y sombra sin artificios, es algo inimitable por cualquier fresco o decorado, algo que da cuenta de la perfección de la naturaleza, como leo en El elogio de la sombra, de Tanizaki.

El árbol sobre el que escribo, y que, entre tantos otros motivos y espacios, es uno de los lugares más gratos de la Universidad de Antioquia, es silencioso, pródigo y siempre elevado, en posición para hacer homenaje a la luz y a la sombra naturales; una y otra, escasas en estos tiempos de excesiva luz y sombra artificiales. Lo contemplo con gratitud, porque permanece en pie y poco reclama, pese a que su grandeza pasa desapercibida para tantos.

Cada mañana paso cerca de él; voy corriendo, pero aminoro el paso cuando me aproximo; lo miro. Él sigue allí sin lamento, alzado desde el suelo, enhiesto aferrado a la tierra con la que somos tan feroces.  

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos.  Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia. Escriba y envíenos sus columnas de opinión al correo electrónico: udeanoticias@udea.edu.co

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