Cultura

Sentarse frente a un computador a buscar pareja. Así pareciera resumirse en primera instancia la trama de Amor en la Nube. Sin embargo el texto va mucho más allá;  a través de personajes limpios y bien estructurados, la historia involucra asuntos del modernismo, desde la tecnología hasta las principales preocupaciones y discusiones de la sociedad actual, que hacen de su lectura un ejercicio divertido, reflexivo y nutritivo.

Después de trasegar por las aulas de clase, liderar proyectos académicos investigativos y generar un buen número de publicaciones afines en primera instancia con su formación de diseñadora industrial y máster en historia del arte, la profesora Ana Cristina Vélez le apostó a su primer escrito literario.

Amor en la Nube será una de las 15 novedades que lanzará la Editorial Universidad de Antioquia® en la Fiesta del Libro y la Cultura. La novela se presentará el viernes 14 de septiembre a las 5:00 p.m. en el auditorio del Planetario de Medellín con entrada libre. 

UdeA Noticias habló con la autora antioqueña quien reveló que aunque no tuvo otra intención que divertir y divertirse al escribir este libro, logró plasmar un llamado reflexivo del que ahora recoge frutos a través de la crítica especializada y los comentarios de sus primeros lectores.

UdeA Noticias: Usted se arriesga en un primer escrito literario después de haber publicado un buen volumen de trabajos de carácter científico y académico. ¿Cómo identifica el libro?

A.C.V: Yo creo que es una novela que tiene unos fragmentos tipo ensayo. La protagonista, Teresa, reflexiona mucho, es una persona que piensa mucho y discute mucho las cosas de la vida. Desde siempre los papás le dicen que es de esas personas que hablan mucho y que dicen lo que piensan siempre. Entonces la novela tiene unos fragmentos con esas características; por momentos hay un monólogo largo, en otras ocasiones pequeños monólogos. Pero definitivamente la obra tiene la estructura de una novela.

En la novela hay un elemento fundamental: la tecnología al servicio de necesidades tan básicas para un ser humano como tener compañía, encontrar el amor…

La base de la novela es una historia de consecución de pareja que es algo muy actual. Todos tenemos que conseguir pareja, es un problema que todo el mundo tiene, pero ahora las técnicas de internet y las comunicaciones han facilitado el tema. Antes la gente tenía que esperar a que le presentaran a alguien o ir a los bailes o a las fiestas. Eso ha disminuido cada vez; bailes y fiestas y un mundo de presentación social se han vuelto circunstancias muy escasas donde uno no podría esperar que eso le resuelva el problema de pareja. Utilizar las técnicas modernas para conseguir pareja siempre me ha parecido una excelente posibilidad aunque la gente le tiene mucho miedo todavía. El tema no tiene suficiente prestigio y debería tenerlo porque es una manera fabulosa de conseguir amigos, de conocer personas y, sobretodo, de conseguir personas afines a uno porque es mucha gente con los mismos intereses y se pueden utilizar muchos tipos de filtros y técnicas.

A la vez, y de manera complementaria, en la novela se presentan reflexiones sobre distintos temas como el anticonsumismo, la antirreligiosidad, el feminismo. ¿Cómo logró descifrar y unir estos conceptos?

Los demás aspectos de la novela están en otras capas; yo también quería, y siempre es importante, que el personaje tuviera una posición ante la realidad y en esa posición Teresa es definitivamente feminista; el feminismo es otra cosa que no tiene el prestigio que debería tener, todas las mujeres deberíamos ser feministas. El consumismo, que es una de las cosas más horribles y devastadoras; hay que luchar contra la obediencia a las grandes marcas y las compañías gigantes que nos hacen necesitar y comprar lo que no necesitamos ni deberíamos querer. Teresa, además, es atea, su papá es muy religioso y acá en Colombia es una circunstancia creo que muy común que en una misma familia haya gente religiosa y otros ateos que entran en la polémica de creer o no creer. Ese es el tratamiento de los temas.

La novela ofrece una especie de confrontación amorosa. La protagonista, Teresa, es una persona que adora a sus seres queridos, pero tiene una mirada distinta de las cosas y lo hace saber. Por otro lado logra que los lectores se identifiquen con ella aunque no compartan sus puntos de vista. ¿Existe en la novela un propósito de convencer de algo al lector?

No sé realmente. Mi intención fue divertirme. Cuando yo empecé la novela,  que es la única novela que he escrito porque yo siempre había escrito ensayos sobre temas académicos o reflexiones sobre algo que investigué o he leído pero nunca había hecho el ejercicio de la imaginación, entonces dije, ¿por qué no? Voy a ensayar. Y empecé para divertirme. Y uno no sabe el alcance que va a tener. Yo si quiero que la gente no tenga miedo de buscar. Hoy la soledad no tiene sentido, no tiene ningún sentido. Amor en la Nube es una novela con un pensamiento práctico, pragmático y alegre y con menos miedo. Uno no debe tener miedo ni estar solo en un mundo interconectado. Es fue mi objetivo.

De cualquier manera, ¿se siente comodidad al elaborar este tipo de textos con reflexiones que hacen que el lector cuestione su mirada del mundo?

Yo, sobretodo, me sentí muy cómoda. Me parece muy complicado a veces imaginarse cosas, el ejercicio de ficción, porque uno piensa ¿esto sí me lo van a creer o no?, pero yo utilicé muchos elementos de la realidad. Entonces cuando escribía elementos de la parte real lo hacía a muy buena velocidad y me divertía mucho porque ese es un ejercicio de memoria y es muy fácil y muy bueno. Escribir bien es otra tarea y yo no soy una escritora, yo soy una aficionada. El arte ya es una cosa para la gente que tiene la experticia y no es mi caso. Pero sí, me divertí y pulí todo lo que pude para que la novela tuviera un nivel mejor y no fuera solo una historia contada sino que tuviera belleza. Uno no sabe si lo logra pero hice el intento. Y en la parte de ficción me encontraba con una situación difícil y es que me preguntaba si era creíble o no y no tenía a quién preguntarle. Escribí la novela muy sola, sin preguntarle a nadie. Tenía todos los elementos de la novela guardados en archivos y entonces empecé a juntarlos; como el que tiene todos los elementos para una torta y un día dice: bueno, la voy a hacer.

¿Esta novela tenía destinatario? ¿Se escribió para alguien en particular, para un segmento, o fue una idea que pensó que podía recibirse de buena manera por cualquier tipo de público?

Inicialmente la escribí pensando en las mujeres que están solas, que se sienten presionadas por la sociedad para conseguir pareja. Yo misma, que me casé de 26 años, ya me casé muy tarde y recuerdo la presión social y la presión familiar intensa. Esa presión es espantosa. Yo pienso que en este momento no hay porque sufrir esa presión y que hay que meterse a muchas páginas a cazar con dinamita en vez de cazar con anzuelo.  

La novela ha tenido críticas muy interesantes y además positivas. Berta Lucía Estrada escribió en El Espectador sobre la complicidad que logró con el texto, Ana Cristina Restrepo la destacó en Blu Radio y Héctor Abad Faciolince también la valoró con palabras contundentes. ¿Cómo recibe usted la crítica?

A mí me fascina la crítica y soy muy fresca para recibirla. A mí nunca me ofenden las críticas porque no me considero una experta. La crítica es muy bienvenida y yo aprendo de ella. Siempre he luchado por tener mucha claridad en lo que escribo, esa ha sido mi meta. Uno tiene que aspirar primero a la claridad y después al arte. Mi primer paso es aspirar a la claridad, que el texto sea líquido, que entre derechito. La crítica es excelente porque me alimenta, me ayuda a pensar en los próximos textos. Cuando alguna persona me dice que le falta orden o que se siente muy académico, yo pongo mucho cuidado y me importa mucho lo que dicen.

En este, el primer texto literario de su autoría, se dan esbozos de lo que había publicado antes. Se reflejan de alguna manera los temas de ciencia porque la argumentación de la protagonista sobre los diversos asuntos que aborda se basa en fundamentos científicos. ¿Es la característica que continuará imprimiendo en sus obras?

Absolutamente. No me puedo librar de eso, yo pienso así. Una vez Héctor Abad Faciolince me dijo que en todo lo que escribía había una cosa muy académica y pienso que tiene toda la razón, él es muy sabio en eso y tiene muy buen ojo. Si todo el día leo y estudio, eso es lo que hago. ¿Cómo me voy a librar de eso? Si no tengo una vida de acciones apasionantes, no soy aventurera. Mis aventuras todas son en el cerebro y son de libros, son de imagen. Yo no me muevo prácticamente de un sitio. Si me pongo a contar cosas que no soy queda muy débil. Uno tiene que aprovechar las fortalezas y mi fortaleza es que estudio todos los días. Ese es mi fuerte.

Está claro que se sintió cómoda con su primera novela y, adicionalmente, ha recibido una crítica positiva. ¿Desarrolla en este momento algún proyecto literario?

Empecé dos novelas; una que se llama “Un hombre muy raro” que es una novela muy rara de una persona que quiere saber quién es y se estudia a sí misma utilizando también los medios tecnológicos para descubrirlo. La dejé quieta porque estoy escribiendo un libro con mi papá sobre la ciencia y los seres vivos, entonces paré. Llevo todo este año en este otro libro. Y en las vacaciones dije que iba a escribir la continuación de esta novela que es más bien como una saga. Voy a continuar con los mismos personajes porque hay una historia muy buena que no he contado y que me parece que vale la pena. Es una historia buena para la gente que es la realidad del amor. Ya no es la búsqueda del amor sino cuando lo conseguís ¿qué hacés con él? Como digo yo: ¡no la conquista sino la colonia!

Encontramos en usted a una escritora con alma de científica y, a la vez, a una científica con alma de escritora, una mezcla bastante interesante que comienza a consolidarse y que seguramente tendrá un público leal. Amor en la Nube se presenta en pocos días ¿Quiénes están invitados al evento?

Los invito a todos a asistir. Voy a tener la felicidad de que Ana Cristina Restrepo, que es una periodista maravillosa, una mujer supremamente inteligente, culta y sensible, va a conversar conmigo sobre el libro. Creo que va a ser muy divertido. No se lo pierdan por favor.