Opinión

La filósofa Martha Nussbaum estará en Medellín en un evento académico de cinco días, que se inicia mañana, organizado por la Universidad de Antioquia y el Parque Explora, en el que presentará una serie de conferencias y recibirá el Doctorado Honoris Causa en Filosofía de la Universidad de Antioquia.

Uno de sus libros más importantes, La fragilidad del bien. Fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega, publicado en 1986, estudia las tragedias de Esquilo y Sófocles y las obras filosóficas de Platón y Aristóteles. Un aspecto central de este libro es mostrar la vulnerabilidad de la vida y de la felicidad humana, siempre determinada por la constante presencia del destino, el dolor o la muerte. En la medida en que conseguir el bien humano depende de lo externo, del mundo natural, de los otros hombres, la pregunta que Nussbaum propone es: ¿cómo puede ayudarnos la razón para gobernar y guiar a nuestra persona y para salvarnos de vivir a merced de la contingencia de la fortuna?

Nussbaum estudia en esta obra diferentes situaciones determinadas por la influencia de los otros hombres, de lo externo. Me referiré solamente a una. En su interpretación del Banquete de Platón se refiere al amor y allí, a través de una narración hecha por Aristófanes, reconstruye un mito que dice, que en un pasado remoto éramos seres físicos perfectos y autosuficientes. Teníamos una forma circular, que, según imaginó la antigua filosofía, era la forma de Dios. Pero como castigo por nuestro arrogante intento de convertirnos en dominadores de todas las cosas, Zeus dijo: “los cortaré en dos mitades a cada uno, y de esta forma serán a la vez más débiles y más útiles para nosotros por ser más numerosos”. Según este mito, solo hay una esperanza de curación para el hombre, la unión amorosa con ese otro yo, la fusión con él, en la medida de lo posible. Eros es el nombre que recibe este deseo y esta aspiración a la totalidad. Lo que muestra este mito son problemas que afectan a los seres humanos. Dramatiza con gran vivencia la pura contingencia del amor, y nuestra vulnerabilidad ante ella.

Estos planteamientos aristotélicos que Nussbaum sigue le permiten mostrar, contra Platón, que el hombre es mucho más que un ser racional.

Estamos hechos, dice Nussbaum de elementos más complejos; somos mezcla de pasión y deseos, de valor y cobardía, de compasión y alegría, de apetitos y frustraciones. Teniendo esto en cuenta, el problema que busca resolver el hombre es cómo alcanzar la felicidad.

No se trata solo de vivir, escribe Nussbaum, porque el hombre no es un ser solamente biológico, sino de vivir bien, de ser felices. El hombre como ser natural está amenazado por la necesidad, pero puede superar esta situación por su disposición a la participación en la política. Para Nussbaum, la polis, la ley, son fruto del diálogo, de la tolerancia. La guerra supone, por el contrario, el silencio, la incomunicación, la violencia. Donde se inicia la guerra cesa la política. Esta es una fragilidad del mundo humano que buscamos superar.
 

Nota

Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos.  Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.