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UdeA Noticias
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Ciencia

Científicos reconstruyen ruta de meteoro que cayó en Cuba

11/03/2019
Por: Redacción - UdeA Noticias

Usando videos publicados en internet en su mayoría por ciudadanos, astrónomos de la UdeA reconstruyeron la trayectoria del meteoro de cerca de 360 toneladas que cruzó los cielos de Cuba el 1 de febrero de 2019, fenómeno presenciado por locales y turistas en el extremo occidental de la isla. 

Imagen tomada desde un crucero que zarpa del puerto de la Habana exactamente al tiempo en que se ve el meteoro Cubano. Foto cortesía Rachel Cook.

Justo al medio día, el 1 de febrero de 2019, un brillante meteoro fue avistado en la región del Pinar del Río, en Cuba. El fenómeno fue seguido por una estela de humo —nube característica que queda después de la evaporación en la atmósfera del meteoroide—, y un estallido sónico.

Un equipo científico del Instituto de Física de la Universidad de Antioquia, liderado por el profesor Jorge Zuluaga, reconstruyó la trayectoria del meteoro usando tres videos disponibles en Internet: el de la vlogguera estadounidense Rachel Coock, que se encontraba en La Habana; el de un usuario de internet grabado desde una de las calles de la ciudad de Pinar del Río (ver vídeo); y el de una cámara web de la EarthCam network, en la playa Ft. Myers de la Florida, Estados Unidos.  

«Fuimos muy afortunados de encontrar al menos tres videos relativamente confiables. Reconstruir la trayectoria de un meteoro requiere, al menos, de tres observadores en tierra. Si bien algunas imágenes de satélite fueron grabadas a esa misma hora y están disponibles en internet, sin observaciones desde la Tierra la reconstrucción precisa de la trayectoria no es viable», explicó Jorge Zuluaga. 

Los análisis de la trayectoria se realizaron, además, aplicando el método GRT —Trazado de rayos gravitacional— por sus siglas en inglés, que usa varios algoritmos diseñados originalmente para la industria de los gráficos por computadora. 

El GRT fue desarrollado recientemente por los profesores Jorge Zuluaga y Mario Sucerquia para estudiar los impactos de asteroides contra la Tierra y la Luna. El método plantea que la Tierra no es golpeada por asteroides sino que se convierte en una fuente de ellos. En una simulación, múltiples rocas artificiales son lanzadas desde una ubicación a distintas velocidades y direcciones: una playa en el noroeste de Cuba o un valle en la Luna. 

Las rocas simuladas, si tienen órbitas similares a los asteroides que ya han sido descubiertos, son marcadas como impactores potenciales. Las rocas que terminan en órbitas que no son típicas de Objetos Cercanos a la Tierra —NEOs por su sigla en inglés— son marcadas como objetos no naturales.

Usando las rocas que quedan marcadas como asteroides potenciales, los astrónomos crean mapas en el cielo de las direcciones desde las cuales un asteroide real podría venir, según la teoría que Zuluaga y Sucerquia plantean.

El recorrido 

Trayectoria del meteoro reconstruida por los astrónomos de la Universidad de Antioquia. 

De acuerdo con la reconstrucción hecha por los astrónomos colombianos, el meteoro inició su trayecto en la atmósfera a una altitud de 76.5 km sobre el mar caribe, 26 kilómetros al suroeste de los Cayos de San Felipe en Cuba. 

La velocidad del meteoro en su primer contacto con la atmósfera era de 18 kilómetros por segundo — 64,800 km/h—. A esta velocidad, el aire poco denso de la alta atmósfera no fue suficiente para detenerlo, aunque si lo fue para calentarlo hasta que brillara. 

La roca continuó su recorrido en la atmósfera con una trayectoria casi rectilínea hasta alcanzar una altura cercana a los 27.5 kilómetros. Fue precisamente a esa altura que la estela de humo empezó a desarrollarse. 

Zuluaga y sus coautores estiman que la nube vista en Pinar del Río corresponde a una pequeña porción de la trayectoria total del meteoro —entre las alturas de 26 y 22.5 km—.  

Gracias a las imágenes en esa ciudad y a la reconstrucción de los científicos, se determinó que la conflagración en el aire o airburst, término súbitamente a una altura de la tierra de alrededor de 22 kilómetros. Cientos de pequeños fragmentos que sobrevivieron la fase más energética del fenómeno, cayeron en varias direcciones sin emitir luz alguna —dark flight—. 

Aunque la mayoría de estas pequeñas rocas posiblemente terminaron entre los árboles del Parque Natural de Viñales, algunos de ellos golpearon tejados en el valle de Viñales cerca al Mural de la Prehistoria, 6 km afuera de la trayectoria principal del objeto. 

Los investigadores creen que si un fragmento grande hubiera sobrevivido a la ablación, este posiblemente terminó en el océano, en la costa noroccidental de la isla.

Según los análisis, el método teórico predice correctamente lo que los cubanos vieron ese día: una roca viniendo desde el sur en una trayectoria inclinada 30 grados respecto al horizonte.

Más del meteoro

Reconstruir la trayectoria del meteoro no fue suficiente para los astrónomos de la Universidad. Encontraron que la roca que cruzó los cielos en Cuba tenía un peso cercano a las 360 toneladas y vino de una órbita excéntrica alrededor del Sol, a una distancia promedio de 1.3 unidades astronómicas —1 unidad astronómica son 150 millones de kilómetros—.
 
Antes del impacto con la Tierra, la roca completaba una órbita cada 1.32 años alrededor de nuestra estrella. Esto llegó a su fin el 1 de febrero de 2019, cuando se encontró en el mismo punto del espacio y al mismo tiempo. 

De Chelyábinsk a Cuba: una conexión astronómica

El evento ocurrido en Cuba recordó a los científicos de la Universidad la experiencia del meteoro en Chelyábinsk, Rusia, en 2013; cuando un súper bólido, 400 veces más brillante que el meteoro Cubano —como lo reveló la NASA pocos días después del impacto de Cuba—, golpeó la atmósfera sobre una área densamente poblada en el oeste de Rusia, convirtiéndose en el único evento de su clase presenciado por humanos en casi un siglo.

Días después del impacto de Chelyábinsk, los astrónomos de la Universidad de Antioquia reconstruyeron la trayectoria del meteoro sobre Rusia, usando, exclusivamente, videos del fenómeno publicados en YouTube.

Aunque en Rusia, República Checa, Canadá y Estados Unidos reconstruyeron también la trayectoria usando métodos y datos más sofisticados, el uso ingenioso por parte de los astrónomos Colombianos de la información disponible en internet fue bien recibida y marcó un punto de inflexión en el rol que las redes sociales y en general la ciencia ciudadana tienen para estudiar estos fenómenos. 

Los astrónomos usaron su método para analizar si era posible predecir de dónde provenía el meteoro que impactó en Cuba. El resultado fue exitoso: el método decía que en ese lugar y a esa hora, de ocurrir un impacto, vendría desde el Sur. Para verificar si este resultado no era solo el producto del azar, realizaron un cálculo similar en el caso de Chelyábinsk. De nuevo, el método predijo la dirección de procedencia de la roca a la hora y en el lugar del impacto en Rusia.

Encontraron que la región más probable del cielo desde la cual podría llegar un asteroide sería mirando hacia el noroeste a una elevación de 20 grados. El objeto real apareció casi desde el este y exactamente con una elevación de 20 grados. 

La coincidencia entre las predicciones del método GRT y las condiciones reales de los impactos de Chelyábinsk y Cuba podrían ser aleatorias. Sin embargo, esta coincidencia podría revelar un significado más profundo, como el hecho de poder predecir por anticipado en qué dirección del cielo podría llegar un meteoro en un momento dado en una ciudad (si el impacto en realidad tuviera lugar).

Para el profesor Pablo Cuartas «El tamaño relativamente pequeño de meteoroides como los de Chelyábinsk y Cuba, los hace prácticamente indetectables antes del impacto dado que la detección es prácticamente imposible. El riesgo de que eventos peligrosos como estos ocurran sobre regiones muy pobladas es muy alto, sin embargo con trabajos como el nuestro podríamos prepararnos para el próximo proyectil», explicó.  

En relación con dicha preparación, Mario Sucerquia es aún más directo y propositivo «Deberíamos estar verificando permanentemente las probabilidades de impacto, al menos en las regiones más pobladas del planeta. Hacer esto como parte, por ejemplo, de un protocolo público, podría ayudarnos a tomar las medidas preventivas necesarias de cara a la amenaza de los impactos».

Los resultados de la ruta del meteoro en Cuba realizado por los astrónomos de la Universidad de Antioquia, fueron incluidos en un manuscrito científico que ha sido sometido a una revista especializada y que apareció en las listas del arXiv en February 11, 2019.

 

 

 

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