Ciencia

Fotos: Archivo Corporación Académica Ambiental.

Monitorear el golfo de Urabá para entender su comportamiento no es una tarea nueva; distintos investigadores e instituciones la han hecho a lo largo del tiempo para responder preguntas específicas. Pero la expedición científica ´Tarena´ es distinta porque articula parámetros de estudio físicos, químicos y biológicos. 

“La llamamos Tarena en honor a una de las desembocaduras del río Atrato”, observa el profesor Lennin Flórez Leiva, y añade que esta campaña “constituye nuestra Challenger expedition, nuestro pisar de la luna”, porque por primera vez exploran los mares con el uso de instrumentos elementales de la oceanografía, con más de 30 estaciones de medición ubicadas en una malla oceanográfica que cubre el golfo de norte a sur, de este a oeste, e incluso dentro de las desembocaduras del río Atrato.

En esta expedición participan docentes y estudiantes del programa Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia en Turbo y universidades nacionales e internacionales. El proyecto contempla el desarrollo de 10 tesis de pregrado y una tesis de maestría.

La articulación, más que oportuna, resulta necesaria si se tiene en cuenta que la Universidad de Antioquia en Urabá cuenta con los pregrados Ecología de Zonas Costeras, Oceanografía e Ingeniería Oceanográfica, la Maestría en Ciencias del Mar y el Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Mar, y grupos de investigación que producen cada vez mayor conocimiento sobre las problemáticas socioambientales del golfo, a propósito de los megaproyectos portuarios a ejecutarse en el ecosistema marino costero de Antioquia.  

Tarena I: generar energía a partir de las variaciones en salinidad

En Tarena I, la primera salida de campo de la expedición, se embarcó Yury Calderón Urrego, estudiante de Oceanografía de la Corporación Académica Ambiental. Su trabajo de grado “Variabilidad espacio-temporal del potencial energético salino por medio de mediciones in situ en el golfo de Urabá” pretende conocer si es posible generar energía a partir de las variaciones de salinidad en las aguas del golfo, al analizar la interacción entre el agua dulce proveniente del río Atrato y las aguas saladas del mar Caribe.

En esa búsqueda, se encontraron diferencias de salinidad que posibilitarían la generación de energías renovables.

“Las aguas dulces del golfo siguen su curso superficial y en la parte inferior entra el agua salada con diferencias de salinidad muy marcadas, lo cual posibilita el aprovechamiento de energías renovables a partir del gradiente salino (diferencias en la concentración salina); esta energía puede beneficiar a las comunidades costeras del golfo que no están interconectadas al sistema nacional de energía”, precisa el docente Vladimir Toro Valencia, quien asesora el trabajo de grado de Yury, con el apoyo de Cecilia Ortiz Enrique, docente de la Universidad Autónoma de México, Unam. 

El equipo de 9 personas que acompañó esta primera salida logró monitorear 15 estaciones del golfo de Urabá con un instrumento usado para medir temperatura, conductividad y profundidad en épocas húmeda y seca, llamado CTD Castaway, facilitado por la Universidad del Norte. 

Otro trabajo de investigación enmarcado en la expedición Tarena es el de Noris Isabel Córdoba Mena, estudiante de la maestría en Ciencias del Mar. Su investigación apunta a conocer la relación entre el aumento de la comunidad fitoplanctónica (organismos vegetales microscópicos suspendidos en la columna de agua) y las concentraciones de nitrato, fosfato y silicato en sitios del golfo de Urabá, influenciados por las descargas de ríos como el Atrato y el León.

“El aumento de nutrientes es un fenómeno natural en los océanos, pero el cambio climático y la acumulación de residuos orgánicos en los cuerpos de agua, están afectando los ecosistemas. Se han encontrado algas que pueden ser nocivas, y por eso es importante conocer esto, para saber qué estrategias de manejo se pueden generar”, precisa Noris.  

Tarena II: la segunda salida de campo

En Tarena II, el equipo científico recorrió las bocas del río Atrato para medir los parámetros físicos y químicos desde el mar abierto hacia el interior de las bocas. 

Se han tenido en cuenta estudios físicos previos sobre el golfo para calibrar la modelación numérica: una herramienta que ayuda a representar de forma gruesa la realidad: ¿cómo circulan las masas de agua dulce y salada? ¿cuánto tiempo residen en el golfo? son preguntas que inquietan a los investigadores, quienes preliminarmente reportan que el oleaje ayuda al intercambio entre las aguas dulces y las saladas, y en la desembocadura del río León se observan pocos niveles de oxígeno, los cuáles serían ocasionados por la carga de nutrientes que aporta el río. 

Tarena hace parte de dos proyectos Codi adjuntados recientemente a la Corporación Académica Ambiental, a través del grupo de investigación Océanos, Clima y Ambiente y del grupo de investigación GIGA de la Facultad de Ingeniería. En el segundo semestre de 2018 se llevará a cabo Tarena III y IV.

Cambio ambiental marino, recursos marinos, océano y sociedad, oceanografía y olas de agua son algunos de los temas de la Conferencia Internacional sobre Ciencias Marinas a celebrarse del 19 al 23 de noviembre en Medellín. Más información en www.cemarin.org