Academia

Desde su entrada a la Universidad de Antioquia los estudiantes son informados del servicio de alimentación y de las condiciones para acceder. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / Alejandra Uribe F. 

«La tranquilidad emocional y salud mental que me ha brindado el servicio de alimentación, han permitido que viva la Universidad de otra forma», afirmó Luis Miguel Tuberquia Graciano, estudiante del pregrado de Historia de la UdeA, quien está convencido de que este apoyo le garantiza una concentración total en su actividad académica. 

Las palabras de Tuberquia Graciano muestran la importancia de los esfuerzos institucionales para que los alumnos permanezcan y disfruten su paso por la Universidad de Antioquia. En este caso, a través del servicio de alimentación, que en la actualidad beneficia a 2700 estudiantes con el almuerzo caliente servido en su campus y a aproximadamente 400 más con bonos para la compra de alimentos.

De acuerdo con lo expuesto por Marcela Ochoa Galeano, directora de Bienestar Universitario de la UdeA, «es uno de los servicios de mayor demanda, lo que se explica por las características propias de los estudiantes, muchos de los cuales proceden de otras regiones del departamento y del país, aunado a sus condiciones socioeconómicas».

«Por ello empleamos los mecanismos necesarios para garantizar que estamos llegando a quienes tienen la necesidad identificada», dijo Juan Carlos Valencia Franco, jefe del Departamento de Desarrollo Humano de la Dirección de Bienestar Universitario de la UdeA, quien explicó que cada uno de los elegidos ha pasado por un proceso de acompañamiento y un estudio juicioso de sus condiciones socioeconómicas.

Para ser parte del servicio de alimentación los estudiantes deben ser de pregrado, tener 14 créditos aprobados del semestre anterior y 14 matriculados en el semestre actual, no perder materias y aceptar el estudio socioeconómico por parte del personal especializado de la Dirección de Bienestar Universitario. «Este procedimiento va más allá del análisis del estrato y se concentra en verificar todas las condiciones y dificultades que rodean al aspirante, lo que nos permite ser más efectivos a la hora de asignar un cupo», anotó Valencia Franco. 

La selección de estudiantes permanece abierta durante todo el año en el Portal Universitario, y luego de su elección cada beneficiario pasa por un ciclo de sensibilización para el buen uso del servicio. Es un taller que les indica la procedencia de los recursos y la importancia de no faltar, para evitar el desperdicio de alimentos. Además, se les proporciona su kit de cubiertos con cuchara, tenedor y cuchillo, dentro de una cartuchera de la Universidad de Antioquia.    

Los beneficiarios reciben 20 menús diferentes al mes, en almuerzos que tienen un promedio de 900 calorías y están divididos en sopa; seco con porción de proteína, carbohidratos y vegetales y postre. Todo supervisado por un ingeniero de alimentos, una nutricionista y con la interventoría de la Escuela de Nutrición y Dietética. «Es una comida deliciosa, con una atención excelente, y lo más importante, me ha ayudado a mantenerme en la Universidad, pese a las dificultades económicas», contó Melisa Silva, estudiante de Ingeniería de Materiales y favorecida con el servicio en los últimos cuatro años. 

Así ocurre en Medellín con los restaurantes ubicados en el Parque Norte y las facultades de Medicina, Enfermería, Salud Pública y la Sede Robledo. También en los campus de la UdeA en El Carmen de Viboral, Caucasia, Tulenapa, Turbo, Apartadó y Andes. Para los estudiantes de Amalfi, Sonsón, Segovia, Santa Fe de Antioquia, Puerto Berrío y Yarumal, el beneficio se ve representado en la entrega de un bono para adquirir alimentos, por un valor mensual de 180 000 pesos.  

Profesionales especializados de la UdeA coordinan que los alimentos para los estudiantes cumplan con el balance nutricional y la variedad adecuadas. Foto: Dirección de Comunicaciones UdeA / Alejandra Uribe F. 

Historia y crecimiento
 

El inicio de este compromiso de la Alma Máter con sus estudiantes se remonta al año 1995, cuando los beneficiarios empezaron a recibir un vaso de leche, un sánduche y una fruta. En ese entonces el servicio conocido como Pánduche buscaba aportar un complemento nutricional a los alumnos que lo requerían.

«En 2009 se dio una gran transformación y empezó la entrega del almuerzo caliente en vajilla, pero solo a los estudiantes de la Ciudad Universitaria», manifestó Valencia Franco, quien recordó que desde 2015 el servicio se extendió a otras sedes y a varios campus de las regiones, para pasar de un promedio de 1700 atendidos a los más de 2700 que se tienen hoy.   

Además, la pandemia se convirtió en una oportunidad de mejora, pues la experiencia de entregar bonos para la compra de alimentos, como se hizo durante la contingencia por la covid-19, se mantuvo con aproximadamente 400 estudiantes de los municipios donde no se cuenta con restaurantes y la logística para suministrar el almuerzo servido.

«Aunque sabemos que es mejor entregar el plato de comida caliente y con un balance nutricional definido por especialistas, la experiencia con el bono también ha sido exitosa y los seguimientos que hemos hecho nos demuestran su buen uso por parte de los estudiantes», acotó Valencia Franco.

En estos años de trabajo ininterrumpido los resultados han sido prometedores, y para el caso Marcela Ochoa Galeano destacó los hallazgos del trabajo «Permanecer sin hambre», realizado con el acompañamiento de estudiantes y profesores de la Maestría en Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Económicas.

Según la investigación, entre los años 2011 y 2018 el 55 % de los estudiantes de la Universidad de Antioquia fueron beneficiarios en al menos una ocasión y durante un año. También se conoció que el 32 % disfrutó, al menos una vez, tanto del servicio de alimentación, como de la exención del pago de matrícula, de forma simultánea. «Dicha intervención conjunta logró reducir la deserción hasta en un 14 %, es más, los favorecidos obtuvieron un promedio académico 5 % superior», amplió la directora.

Crecer en valores

El acompañamiento que encara la Universidad de Antioquia con cada uno de los aspirantes al servicio de alimentación marca pautas para una formación en valores, más allá de lo que significa entregar los alimentos. 

Según Valencia Franco, muchas veces, quienes no son elegidos como beneficiarios, con el apoyo del equipo de Bienestar Universitario, descubren que sus condiciones socioeconómicas son favorables y aprenden a valorar su realidad de otra forma. «Además, son frecuentes las muestras de solidaridad y compañerismo cuando los estudiantes deciden, por su cuenta y por comprender que sus condiciones mejoraron, entregar su cupo», añadió. 

Quiere decir que la inversión de 5500 millones de pesos hecha por la UdeA en 2023, en el servicio de alimentación estudiantil, se retribuye con creces y profundiza la conexión entre una institución que celebra sus 220 años y la comunidad universitaria. «Puedo asegurar que el servicio ha garantizado mi permanencia en la Universidad, pues cuando ingresé vivía una situación especialmente compleja, que ahora está mucho mejor», expresó Laura Camila Pirateque Otálora, estudiante de Derecho.

Así mismo, se trata de un programa que visibiliza por qué la UdeA fue acreditada como multicampus por parte del Ministerio de Educación Nacional, pues sus recursos propios y aportes significativos como los de la Fundación Universidad de Antioquia, se comprometen en los profesionales del futuro de todas las regiones del departamento.