Opinión

En este siglo XXI nos encontramos con un mundo dinámico donde las tecnologías marcan una pauta en el conocimiento, así lo confirman varios autores en sus teorías.

Desde la década  pasada se han venido incorporando progresivamente a la práctica del docente, como él es quien realiza los procesos, buena parte del progreso o del retroceso académico de sus estudiantes recae en él,  por eso debe enseñar a identificar, comprender y  controlar las emociones en el aula.

Es la educación sin lugar a dudas uno de los procesos más importantes que puede vivenciar el ser humano, por sus aprendizajes a nivel individual, social y en su desarrollo integral. Entonces la educación en las instituciones se ha convertido en ese canal y lugar de formación de sujetos críticos y reflexivos que son capaces de desenvolverse en su contexto social.

Las habilidades socioemocionales y éticas son una herramienta básica para el desarrollo del aprendizaje, ya que le permite al ser humano afrontar sus sentimientos, a reconocer sus emociones y así entender a sus pares.

De acuerdo con Jakiwara; “En última instancia la inteligencia social es aprender a conocer y amar a las personas así como aceptarnos a nosotros mismos y a los demás para gestionar adecuadamente las emociones que nos generan bienestar”.

Cuando cada persona es capaz de conocerse y controlar sus emociones es feliz y ayuda a la felicidad de los otros. La importancia del desarrollo de habilidades socioemocionales y éticas en relación con los aprendizajes en los estudiantes es una pieza clave para el progreso de su aprendizaje.  En su investigación Mena, Rama noli y Valdés, lo dice;

 “Un mejor ambiente de estudio y trabajo junto con el desarrollo de habilidades socio afectivas y éticas que posibilitan la convivencia esperada es lo que permitirá a los y las estudiantes sacar más provecho de su experiencia escolar; ayudará a los docentes a cumplir mejor con sus objetivos de enseñanza en un contexto más favorable y coordinado; potenciará la posibilidad de las familias de apoyar la educación de sus hijos. Lo socio afectivo y ético no puede ser desvinculado del aprendizaje, de lo contrario, la escuela no estaría cumpliendo con su misión”.

El desarrollo de las habilidades socioemocionales en la educación como vemos es de suma importancia para el aprendizaje de los estudiantes porque les ayuda a un mejor rendimiento académico, además les ayudará a ir formando su personalidad.

Los docentes tienen una tarea en deuda y es comunicarse asertivamente hacia sus alumnos, es su deber emplearlo en su proceso enseñanza-aprendizaje para así poder conectarse con sus estudiantes. Los niños, niñas y jóvenes del nuevo milenio aprenden de diferentes maneras, hoy en día se encuentran en internet muchas actividades para enseñar. Los docentes tienen que buscar esas actividades de acuerdo a sus estudiantes.

Según Flores Galaz; “Será tarea de los nuevos profesionales de la psicología continuar promoviendo el desarrollo de las mismas en la sociedad, sobre todo en los niños que son el futuro del país”.

Los docentes deben acompañar a cada niño y niña a comunicar sus emociones de forma afectuosa, positiva y práctica, para cuando lleguen a la edad adulta puedan comunicarse asertivamente, ponerse en el lugar del otro, trabajar en grupo y vivir en comunidad. Las instituciones educativas necesitan de una cultura que promuevan el desarrollo de las habilidades socioemocionales desde la niñez.

El llamado es entonces a que los docentes incorporen en sus aulas instrumentos acordes a los nuevos desarrollos y aprovechen de mejor forma el acceso a la tecnología que tenemos y así volcarlo al proceso de formación, de esta manera los niños y jóvenes podrán percibir el uso de la tecnología como un gran aliado en su vida para su formación y no como una ventana para escapar de la rutina.

Nota

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